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Los cuatro grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Carmona (PP, PSOE, IU y Participa) han acordado mantener una misma línea de acción para proteger y velar por el estado de conservación del Convento de la Concepción de la localidad.
Recientemente el Ayuntamiento ha solicitado a la Junta de Andalucía que inspecciones el citado inmueble, catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1936, para comprobar el estado de conservación del mismo y para que requiera a sus propietarios la puesta en marcha de las medidas que fueran necesarias.
Los grupos municipales han acordado esperar la respuesta de la Junta y en función del sentido de la misma solicitar una reunión con la Delegación Territorial de Cultura de la Junta. Asimismo, se convocará una reunión con las asociaciones y movimientos ciudadanos locales relacionados con la defensa del patrimonio para informar sobre las gestiones realizadas.
El Ayuntamiento ha solicitado en cuatro ocasiones anteriores a la Consejería de Cultura (febrero de 2014, diciembre de 2015 y abril y mayo de 2016) que tome las medidas que estime convenientes. En respuesta a estas peticiones, en abril de 2014 los técnicos de la Consejería de Cultura ya visitaron el convento constatando en ese momento que no había necesidad de adoptar medidas urgentes sobre el edificio.
En el día de ayer se reunión la comisión técnica asesora y en ella se informó por parte de los servicios técnicos municipales que, tras la inspección realizada por los técnicos de la Junta, éstos no comunicaron ninguna incidencia significativa en relación a la conservación del edificio.
Los requerimientos del Ayuntamiento van a dirigidos a la Junta de Andalucía, que es la administración competente sobre este elemento patrimonial al tratarse de un BIC, para que ésta a su vez requiera a sus propietarios la subsanación de las posibles deficiencias si lo estima oportuno.
El Convento de la Concepción está situado en el Paseo del Estatuo de Carmona y su construcción se inició a principios del siglo XVI. Durante siglos el convento albergó una comunidad de monjas franciscanas concepcionistas, hasta que hace más de una década la Iglesia lo vendió a inversores privados para la construcción de un hotel; proyecto para que el Ayuntamiento realizó una modificación de las normas subsidiarias para darle cabida, pero que no ha llegado a materializarse.
Esta situación ha ido provocando un paulatino deterioro del edificio, al menos visible desde el exterior del mismo, cuyos elementos de imaginería y ornamentación ya salieron del convento cuando se produjo su venta.
