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El consejero de Cultura, Paulino Plata, y el Alcalde de Carmona, Antonio Cano, han visitado esta mañana la intervención en la tumba de las Guirnaldas en el Conjunto Arqueológico de la localidad, un proyecto a través del cual el visitante, con una gafas en tres dimensiones, podrá recorrer el interior de la tumba sin tener que bajar a las cámaras subterráneas, garantizando, por tanto, la conservación de las mismas. Con esta iniciativa la Necrópolis de Carmona, siguiendo las recomendaciones de los científicos del CSIC para evitar el deterioro del yacimiento arqueológico, contará con un nuevo aliciente para atraer a los visitantes.
Este proyecto, tal y como explicó el consejero, ha resuelto la paradoja de mostrar al público un espacio que, por razones estructurales, de conservación y accesibilidad, no pueden ser visitadas, planteando un discurso expositivo con unos medios que suplen con éxito la visita presencial, como es la utilización de las gafas en 3D. A través de este elemento el visitante podrá recorrer cada uno de los rincones de la cámara funeraria y, en un viaje en el tiempo, ver la tumba con el aspecto que tenía cuando fue sellada.
La intervención en la tumba de las Guirnaldas, cuyo proyecto ha supuesto una inversión de 200.000 euros, surge a raíz de la necesidad de crear un entorno favorable a la conservación que permitiese la fruición general sin necesidad de bajar de manera masiva a las tumbas, dejando su acceso sólo a las personas con un interés específico en ello. Para tal fin se ha diseñado una estructura que minimiza su impacto visual teniendo en consideración la situación prominente en que se ubica, resolviendo las exigencias estructurales, al tiempo que equilibra a los valores óptimos para la preservación de las estructuras.
Las principales causas del deterioro de las tumbas, según un estudio encargado por la Consejería de Cultura al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), son la incidencia del agua sobre la roca que están tallada, agua que procede de la lluvia, y la que se acumula en los parterres y jardines que configuran actualmente el Conjunto Arqueológico de Carmona. También figura como agente degradante de la roca, la colonización biológica, de ahí que recomienden limitar la insolación y garantizar el aireado de las estructuras.