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El Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Carmona y la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (AAES) han hallado una nueva entrada al complejo sistema de galerías de época romana descubierto bajo el suelo de la localidad.
En concreto, se trata de la lumbrera de una mina de unos quince metros de profundidad hallado gracias al aviso dado por un vecino a la Delegación municipal de Obras previamente a la realización de una obra de asfaltado en un tramo de la calle Urbano X.
Desde este pozo se accede a una de las galerías romanas que conforman la extensa red de infraestructuras subterráneas creadas en época romana para la captación, conducción y aprovechamiento de agua.
La importancia de este hallazgo radica es que ha puesto al descubierto un nuevo punto de entrada al entramado de galerías que, como ésta, confluyen en la zona conocida como “Puerto de Brenes” y que precisamente se caracteriza por los escasos accesos que ofrece para su estudio.
El nuevo descubrimiento se unirá al análisis que los arqueólogos municipales y la AAES están realizando en los últimos años sobre este complejo de minas. Estos hallazgos son posibles gracias al convenio firmado en 2016 entre el Ayuntamiento y la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas con el objetivo de conocer con detalle por dónde discurren estas canalizaciones, la realización de la planimetría de sus trazados y poder adoptar las medidas preventivas oportunas para su conservación, como puede ser su inclusión en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico
Los trabajos han puesto al descubierto un extenso sistema de captación de aguas subterráneas que los romanos desarrollaron bajo la ciudad de Carmona. Las canalizaciones tienen recorridos kilométricos y los arqueólogos estiman que formaron parte de una impresionante obra de ingeniería de época romana.
De hecho, en fases anteriores ya se han descubierto en estas galerías subterráneas estructuras constructivas de miles de años, como arcos de medio punto, morteros hidráulicos y revestimientos de ladrillo y tejas, extremo que confirmaba el origen romano de estas canalizaciones.