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El próximo 2 de septiembre se inaugurará en Carmona la muestra “AVE|EVA”, sobre la presencia inmaculista en la localidad.
Se trata del primero de los actos programados por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno para conmemorar el IV Centenario de su Voto Concepcionista, formulado hace cuatrocientos años a instancias de Tomás Pérez, hermano mayor de la cofradía del Silencio de Sevilla.
La exposición , que ocupará las cuatro plantas de la torre mirador del monasterio de Santa Clara así como el espacio del coro alto, reúne por vez primera más de setenta piezas procedentes fundamentalmente de las parroquias y conventos de la localidad, aunque no faltan importantes aportaciones de hermandades de Carmona y de la Archicofradía de Jesús Nazareno de Sevilla.
Desde lo más antiguo, la Carta privilegio del Concejo de Carmona, documento fechado en 1301, hasta las recién terminadas ilustraciones para el Via Lucis mariano realizadas por Federico Jaime López o el boceto en barro de la Concepción que en estos días ultima Antonio D. Comas Pérez, siete siglos de devoción inmaculista en Carmona se darán cita del 3 al 17 de septiembre.
En la muestra se reúnen, en efecto, piezas singulares que se exponen por vez primera, muchas de ellas desconocidas para el público por custodiarse en la clausura de los conventos de la localidad. Cantorales, biblias, documentos, obras de platería como el portapaz italiano de esmaltes del s. XVI de la parroquia de Santa María o la fastuosa corona que realizó Solís en el s. XVIII para la Virgen de los Reyes, ornamentos litúrgicos –entre los que destacan por su singularidad las dalmáticas chinescas de San Bartolomé-, pinturas de Zurbarán, Juan del Castillo o Juan Bautista de Amiens y todo un repertorio de cuadros y tallas de la Inmaculada entre las que sobresale la realizada por Duque Cornejo que se conserva en el museo parroquial de Santa María.
Una oportunidad incomparable para visitar Carmona –que en esos días celebra la novena a su Patrona la Virgen de Gracia- y disfrutar del arte y la historia que atesora la ciudad de la mano de una de sus hermandades más señeras.
